LORCA EN NUEVA YORK.

García Lorca fue uno de los poetas españoles contemporáneos que más influencia ha tenido entre las generaciones posteriores. Su legado artístico va más allá de lo literario. De todos es sabido su afición a la música, que plasmó en pequeñas composiciones junto a Manuel de Falla incluidas en Poemas del cante jondo,  y a la pintura, con la que acompañó multitud de poemas y piezas teatrales.

Resulta menos conocido el material humano que manejó durante su vida: cartas a sus familiares y amigos, notas a sus libros y testimonios escritos de muy diversa índole. Es precisamente este legado gráfico el objeto de la exposición organizada por la Public Library de Nueva York, que permanecerá abierta hasta el 20 de julio. La muestra brinda la posibilidad de descubrir el lado humano y vital del poeta, su existencia cotidiana, sus inquietudes personales y artísticas y los numerosos viajes que forjaron la personalidad y el genio del artista. 

Lorca mantuvo un vínculo muy estrecho con la ciudad de Nueva York, en la que permaneció entre 1929 y 1930. De su estancia en la metrópoli surgiría una de sus obras más conocidas, Poeta en Nueva York, publicada póstumamente en 1940. Se trata de un canto desgarrador sobre la angustiosa y mecanizada sociedad industrial. En un mundo como el actual, tecnológico e individualista, contemplar a los grandes genios en su dimensión más humana se nos antoja un privilegio al alcance de pocos, que ninguno deberíamos desaprovechar. Sirva de muestra la réplica del pasaporte que el poeta utilizó para viajar a Estados Unidos. Que lo disfrutéis.

Foto extraída de la página web del diario El País.




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